Las calles de
piscinas para ser válidas en carreras oficiales tienen que guardar una
distancia entre ellas de 2,5 metros. Esta medida es importante porque, durante
una competición, los nadadores no pueden salirse de las calles de piscinas o serán excluidos de la prueba. Por supuesto,
las líneas que demarcan las calles de
piscinas deportivas tienen que ser perfectamente visibles, tanto para el
nadador como para las autoridades que controlan la carrera.
La zona de viraje
Además de las líneas paralelas que dibujan las calles de piscinas, existe la obligación de marcar una línea perpendicular que cruce las calles de piscinas en su final. Con esta especie de T se fija la llamada zona de viraje, que es dónde el deportista puede iniciar de forma correcta las maniobras de giro, sin necesidad de que lleguen a tocar la pared.
En las instalaciones particulares podemos incluir estas calles de piscinas, tanto porque nos
guste practicar la natación como actividad deportiva, como por motivos
estéticos. Lo cierto es que no es muy habitual que en los diseños privados haya
calles de piscinas. Estas calles de piscinas pueden dibujarse con
pintura o con piezas de mosaico y, aunque son más comunes en piscinas
rectangulares, pueden colocarse en las de cualquier formato.
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