miércoles, 6 de marzo de 2013

Para qué sirven las calles de piscinas

Todos relacionamos las calles de piscina con un elemento imprescindible en las instalaciones cuya finalidad es la de recoger competiciones deportivas o en las que se usan para los entrenamientos de los nadadores profesionales. De hecho, las calles de piscinas olímpicas son obligatorias y están perfectamente reguladas, tanto en su tamaño como en la manera de señalizarlas.

Las calles de piscinas para ser válidas en carreras oficiales tienen que guardar una distancia entre ellas de 2,5 metros. Esta medida es importante porque, durante una competición, los nadadores no pueden salirse de las calles de piscinas o serán excluidos de la prueba. Por supuesto, las líneas que demarcan las calles de piscinas deportivas tienen que ser perfectamente visibles, tanto para el nadador como para las autoridades que controlan la carrera.

La zona de viraje

Además de las líneas paralelas que dibujan las calles de piscinas, existe la obligación de marcar una línea perpendicular que cruce las calles de piscinas en su final. Con esta especie de T se fija la llamada zona de viraje, que es dónde el deportista puede iniciar de forma correcta las maniobras de giro, sin necesidad de que lleguen a tocar la pared.

En las instalaciones particulares podemos incluir estas calles de piscinas, tanto porque nos guste practicar la natación como actividad deportiva, como por motivos estéticos. Lo cierto es que no es muy habitual que en los diseños privados haya calles de piscinas. Estas calles de piscinas pueden dibujarse con pintura o con piezas de mosaico y, aunque son más comunes en piscinas rectangulares, pueden colocarse en las de cualquier formato.

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