viernes, 14 de junio de 2013

La Piscina Bethesda, una instalación cargada de simbolismo

Pocas veces nos paramos a pensar que las piscinas, al igual que sucede con otro tipo de creaciones humanas, no son originales de nuestras modernas sociedades actuales, sino que desde los primeros tiempos, los hombres idearon espacios en los que poder disfrutar del placer de un refrescante y relajante baño. En las ocasiones en las que nos paramos a pensar en ello, nuestro conocimiento llega hasta las construcciones romanas o árabes como ejemplos de piscinas antiguas.

Pero, hay casos como el de la Piscina Bethesda en el que estas instalaciones tenían un valor espiritual añadido que las llevaba a convertirse en símbolos esenciales para las sociedades y culturas que las crearon. Porque, la Piscina Bethesda, también conocida como la Piscina Probática es clave para entender algunos capítulos muy importantes de la historia del judaísmo y del cristianismo.

Hay que indicar que la Piscina Bethesda se encuentra ubicada en el actual estado de Israel, más concretamente en Jerusalén en lo que se conoce como el camino hacia el valle Beth Zeta. La construcción de este complejo, pues se trata de cinco piscinas que ha ido descubriéndose en diferentes trabajos arqueológicos, está fechada en torno al siglo VIII a.C.

En la Piscina Bethesda  es donde se supone que tuvo lugar la curación de un paralítico que se describe en las Sagradas Escrituras, un milagro singularmente representativo para los cristianos. Pero, en el caso de la cultura hebrea, está documentado que las instalaciones de la Piscina Bethesda servía para bañar en sus aguas las ovejas destinadas al sacrificio en el Templo de Salomón.

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