Como ya he dicho más de una vez, el
agua es extremadamente beneficioso para los niños. Que se
familiaricen con él desde pequeños es bueno para su salud y para
facilitar algo que unos años después puede resultarles demasiado
difícil.
Todos los niños disfrutan en una
piscina, pero la primera toma de contacto con estas no es igual para
todos, algunos lo pasan realmente mal, sufren miedo, que en ocasiones
puede volverse algo que les acompañe a lo largo de su vida. Aquí os
dejo mis consejos para evitarles a los más pequeños una toma de
contacto traumática con el agua.
Además conciliando a nuestro pequeños
con el agua, no tendremos que modificar nuestros gustos y planes.
Pero una cosa es familiarizar a los pequeños don el agua, lo cual es
beneficioso, y otra diferente es que le pierdan el respeto, lo que es
peligroso.
Para que los niños y el agua se lleven
bien lo primero que hay que hacer es presentarles, igual que ocurre
con las personas, para que dios congenien primero se tienen que
conoces. Para la presentación de los dos elementos, niño y agua,
hay que crear un ambiente que infunda confianza en el pequeño, y
esto se consigue yendo poco a poco, las prisas no son buenas, sino
que pueden llegar a ser traumáticas.
El primer paso es proponerle que entre
al agua junto con nosotros, en nuestros brazos, pero en caso de que
no quiera no debemos forzar la situación, sino que entraremos en el
agua ante su mirada, para que vea como no pasa nada, es más cómo lo
pasamos bien. Esto no suele fallar, los padres somos, al menos en lo
que son pequeños, un referente para los niños, y si nos ven hacer
algo, y además disfrutar con ello, se sentirán animados a
imitarnos.
Pero claro está que esta no es la
receta perfecta, puede ser que aún viéndonos en el agua, recele y
no se atreva. En este momento pararemos de insistir, nos armaremos de
paciencia y disfrutaremos del baño ante sus ojos, para que poco a
poco se vaya familiarizando con el medio.
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