Piscinas de agua salada

En los últimos años se están popularizando las piscinas de agua salada, en cierto modo debido a que los expertos aseguran que son más saludables para sus  usuarios y su mantenimiento se torna más fácil.

La peculiaridad de estas piscinas reside en el uso de la electrólisis salina, que es un novedoso método para conservar el agua de las piscinas en inmejorable estado. La electrolisis salina incorpora sal haciendo que el agua de la piscina se convierta en agua salada. Por lo tanto la electrolisis no las convierte en piscinas de agua marina, sino que estas piscinas están entre el agua dulce y el agua del mar.

La electrólisis la descubrió el físico británico Michael Faraday en el año 1834. Australia está en primer lugar en cuanto a investigación e instauración de estos sistemas alcanzando a una penetración casi el 99%, después están Europa y E.E.U.U. En España los primeros sistemas son del año 1993.

El funcionamiento de la electrólisis en las piscinas de agua salada es sencillo, hay que añadir 5 o 6 gramos de sal por cada litro de agua de la piscina, e instalar un colador salino.

Una vez hecho lo anterior, el agua, al que hemos añadido la sal, atraviesa unos electrodos que hay en el sistema de depuración. Cuando pasa el agua por los electrodos la sal se transforma en un potente desinfectante.

Una de las ventajas de este sistema es el bajo consumo eléctrico y que no hace falta cambiar el agua de la piscina debido a que se conserva en perfectas condiciones.

Pero hay más razones que hacen que este modelo de piscina sea cada vez más popular:

Utilizar una piscina de agua salada provoca más gratas sensaciones en el cuerpo que utilizar una piscina convencional, cuya agua tratada con productos químicos, como el cloro, poco apropiados para nuestra salud.

Disminuye el enrojecimiento  y el escozor de ojos. También disminuye a sequedad en la piel e impide que se formen pliegues.

Los tejidos se revitalizan, las toxinas de la piel se eliminan y los dolores musculares se ven aliviados, a la vez que se experimenta una mejora de la circulación de la sangre y de la capacidad pulmonar.