Un agua cristalina es la clave para comprobar que estamos
procurando a nuestra piscina el cuidado correcto. Cada vez es más sencillo
acertar en este trabajo, puesto que el mercado pone a nuestra disposición
multitud de productos químicos, realmente eficaces en el tratamiento de los
diversos problemas que atacan al agua y para la mantención de nuestra piscina en geneneral. Entre los imprescindibles están los floculantes y los reguladores del pH.
Conviene, en primer lugar, que nos hagamos con un medidor de
nivel de pH. Existen modelos más sofisticados, pero basta con contar con uno
sencillo, con un tubo donde recoger agua de la piscina a la que añadir unas
gotas de líquido o una pastilla y, según el color que salga, marcará un nivel
de pH. El recomendado está entre 7 y 7’4. Para mantenerlo en estos niveles se
aplican los reguladores del pH, bien
los que lo aumentan o, por el contrario, los que lo reducen.
Otro de esos productos químicos únicos por las prestaciones
que nos proporcionan son los floculantes,
también conocidos como alguicidas o desincrustantes. Su función principal es
hacer desaparecer todo tipo de restos o suciedad que flota en el agua de
nuestra piscina, incluyendo las dañinas algas. No es necesario aplicarlo a
diario, aunque se recomienda verter una dosis cada 15 días durante la época de
baño, siempre por la noche, cuando nadie esté dentro. Con agua verde o turbia y
paredes resbaladizas o viscosas conviene aplicar un tratamiento de choque con floculantes que acabe con algas y otras
partículas en suspensión.
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