By Ltljltlj via Wikimedia Commons |
Por suerte, cada vez es mayor la concienciación que existe
en la sociedad respecto a la necesidad de eliminar las barreras físicas que
impiden el acceso normal de los discapacitados a cualquier instalación o que
dificultan su movilidad por los espacios públicos y privados.
Unas limitaciones
que resultan muy significativas en lugares como las piscinas, por lo que es
interesante eliminarlas.
Y, es en las piscinas de uso público en las que más importante es
garantizar esa accesibilidad para que todo el mundo pueda disfrutar de los
beneficios y ventajas de usar las piscinas. Las claves que esta circunstancia
sea verdaderamente real pasa por cumplir unos requisitos básicos:
- La accesibilidad empieza en el exterior de las piscinas, siendo imprescindible que al menos una de las entradas a la instalación esté habilitada para que la usen las personas con problemas de movilidad de cualquier tipo.
- Esto quiere decir que las dimensiones y diseño de estas entradas, los pasillos y otras zonas por las que tienen que pasar, deben estar calculados para que pasen sin problema las sillas de ruedas, que deben incluir rampas de pendiente máxima del 10%,
- Trazados lineales en lugar de curvas y puertas de suficiente ancho y que se puedan abrir desde una de estas sillas
- Eliminación de cualquier obstáculo con el que se puedan chocar, como farolas o postes.
- Otras adaptaciones necesarias tienen que ver con un aseo y vestuario acondicionado, y espacios en las gradas o zonas de descanso donde se puedan ubicar las personas con sillas de ruedas.
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