jueves, 15 de mayo de 2014

La realidad de las piscinas naturales


Lo más habitual es que, cuando un particular se decide a instalar una piscina en su vivienda, lo haga en el jardín de la misma. Pero, el resultado no siempre es el esperado. Porque no es fácil integrar las estructuras artificiales de estas piscinas en un entorno natural como el que conforma la vegetación de un jardín. Más si tenemos en cuenta que el agua con la que se rellenan, al estar tratada con productos químicos, es incompatible con el crecimiento o desarrollo de nada vivo.

Claro está que, en este punto como en cualquier otro, son las preferencias y gustos personales lo que marca la diferencia. Es cierto que son muchos los propietarios de piscinas privadas que precisamente lo que buscan es un espacio libre de vegetación y un agua cristalina. Pero, hay otros que preferirían espacios que imitasen a la Naturaleza.

Para estos últimos una solución más ajustada pasa por instalar lo que se conoce como piscinas naturales. De hecho en algunos países europeos son ya una realidad muy habitual. En Alemania y en Austria, por ejemplo, son ya la opción en uno de cada dos de los casos. Además de ecológicas, estas piscinas son una apuesta económica y de fácil instalación.

Hay distintas técnicas o formas para construir una piscina natural, pero todas tienen en común que no precisan de ninguna sustancia química artificial para su mantenimiento. Básicamente, se trata de dividir la superficie en dos pares, una para el disfrute y otra para la regeneración natural del agua mediante la acción de determinadas plantas.
 

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